Un pequeño proyecto para afianzar los conocimientos adquiridos y para hacer una primera toma de contacto con el taller y las herramientas manuales. Para la realización de este proyecto, lo primero que tuvieron que hacer los alumnos fue un croquis, detallando en el las medidas, material a emplear, grosor de este y forma final. El atril consta de 2 partes: el frontal y la base, ambas piezas de madera de pino. A partir de un tablón de madera, que se cortará en piezas iguales para luego regruesarlas, se obtienen listones listos para empezar a trabajar con ellos. Conociendo las medidas, se cortan los laterales y largueros, la unión de estos se realizó con la técnica del inglete, que se caracteriza por un corte en ángulo de 45 grados y una unión completamente limpia, además de vistosa. Se ha de practicar tanto en el frontal como en la base, un cajeo para embutir en el la espiga y el apoyo para esta, que dotará al atril de la función que ha de desempeñar, faena realizada a mano con el formón y el martillo.



Se puede dar forma tanto a la base como al frontal para así darle un toque personal al atril. Y el paso final fue añadirle al apoyo de la espiga unas pequeñas ranuras para que la espiga quede así bloqueada en la posición que más nos convenga, poner las bisagras dejando un margen de unos 5 cm al menos de las esquinas. Y obtendremos  un precioso atril hecho a mano en un transcurso de 2 días, ¡todo un logro!.